¿Por qué?

Aunque puedas hacerlo no tienes por qué hacerlo.

El vínculo -lo que nos une- suele generar interrogantes. El dilema no es sencillo cuando tienes que decidir, sabes que vas a provocar un impacto. Todas las relaciones, por pequeñas que sean, dejan una huella. Condicionarte siempre depende de ti. No es fácil posicionarse si son personas muy queridas quienes intentan manipular tu situación. La deuda sobrevuela, es el detonante para que no siempre decidas lo correcto.

¿Cómo interpretar adecuadamente? Es fundamental saber lo que no quieres en tu vida. La respuesta ante el reto circunstancial dependerá de cómo haya trabajado mi educación. Un ejemplo se puede escenificar a través de la compra de drogas. El individuo que termina consumiendo suele estar influenciado por un grupo de amigos/as, una trayectoria compleja y una necesidad dominante para desinhibirse. Estas causas, junto con otras muchas, determinan el conjunto de los efectos. El sufrimiento no se termina con los estupefacientes, lo multiplica. Los atajos, en la resolución de conflictos, generan situaciones no deseadas.

Ante la duda es mejor pensar. Es un indicador de que algo no va bien. Abandonarse a cierta fidelidad por pertenecer a un círculo social conlleva, en muchos casos, atentar contra lo más sagrado para ti. Solemos olvidar nuestro valor en detrimento de una aceptación. La justificación es la herramienta que termina por apuntalar una realidad que no se sostiene. No podemos ignorar el camino fiable, no conoces las razones que impulsan a los demás en su intencionalidad contigo. Sé valiente al decir no. La complicidad es la actitud más tóxica hacia tu identidad.

 

Eres lo que amas.

 

Juan José González-Albo.

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